Por Mariela Yabo y Alejandro Díaz B.
Cuando comenzamos a pautar el devenir de estas entrevistas imaginábamos como una posibilidad que éstas tomen cierto carácter de interés “público”. Es decir, que de las mismas pudieran formar parte activa aquellas personas a las que este ciclo les resultara atractivo.
Hernán Morán (35 años) es a la sazón el primer “habitante” de Submundo. Actor, director y dramaturgo, en marzo de 2003 comenzó a los trabajos de remodelación en el que iba a ser su primer estudio aquí en Sub, cuando todavía el espacio era una mezcla de sótano inhóspito, con mobiliarios arrumbados de bares, oficinas, autos antiguos y mucha energía de parte nuestra aunque aún en forma potencial.
Retomando… Durante el mes de noviembre -2008- hicimos la segunda cita con Hernán a cuento de que aquella primera charla de octubre no fue lo suficientemente extensa como para poder delinear ciertos conceptos que llegaron a ser esbozados por él.
Entonces aquella primera fantasía se sublimó. Casi sin mediar invitaciones formales Gabi Gavila y Cumbi Bustinza (de Improvisa2), Germán Pikas (cámara en mano!) y varios Submonders se acercaron hasta la oficina donde nos encontramos de nuevo con Mariela Yabo para entrevistar a Hernán Morán.
La charla enmarcó anécdotas de sus comienzos (aquella donde casi adolescente y junto con Fernanda –su co-equiper de aquellos años- se presentaron como performers en un casamiento haciendo las veces de novios borrachos y decadentes que no cayó muy bien en la familia que los había contratado), pasando por el pico populoso en Ave Porco donde iría perfilando su talento y carisma en un escenario tan difícil; o desarrollando tópicos que refieren a su forma de entender el arte del teatro en casi todas la gamas que lo comprenden; pues se sabe de su carácter de actor, dramaturgo y director pero también de los mucho que conoce los oficios que rodean una puesta en escena y cuan particulares y acertados suelen ser sus vestuarios y escenografías.
De tono amable, la charla no fue un continuo de máximas sino más bien un racconto de anécdotas divertidas y de fácil acepción pero que no escatimaban en conceptos sustanciosos y desprejuiciadamente elaborados. Tan prolífico y meticuloso en su trabajo, aquí también por momentos pudimos verlo absolutamente inspirado y cordial.
PARA MÍ LA EMOCIÓN ES UNA CONSECUENCIA DE LA IMAGEN.
Me gusta partir de una imagen como motivo disparador de la dramaturgia de mis obras. En Homorama por ejemplo el clic fue una fotografía publicitaria de una marca de slips que tenía como concepto la estética del porno de los años 70, con esos laminados lúgubres en madera con terminaciones muy crudas. Esa figura me impactó. Un sillón, dos chicos en calzoncillos tomando licuado de banana fue la idea motor de la escena.
ODIO LA INTELECTUALIDAD EN EL ARTE.
Hay muy pocos críticos que se forman para ser críticos y que logran hablar del hecho artístico desde un lugar desde el cual no aparezca su frustración.
Mi papá siempre quiso estudiar pintura. Por motivos personales - tuvo que trabajar desde muy joven- nunca pudo acceder a aquellos conocimientos. Luego cuando yo comencé a formarme (los primeros estudios de Hernán estuvieron orientados a la plástica) él se ponía a trabajar a la par mía. Me preguntaba cosas simples. Pintaba sobre puertas y lograba unos trabajos increíbles. Mi casa quedo llena de murales. Creo que ahí me convencí de que en la medida que haya una necesidad, arte hay en cualquier cosa.
SERÍA ABURRIDO QUE DESCUBRAN UNA DIMENSIÓN PARALELA.
Yo creo en la inspiración porque no tengo conducta. No logro la disciplina del escritor que es algo que creo lo da la formación. No puedo sentarme a escribir con una rutina diaria. Con la pintura si puedo ponerme a trabajar a conciencia, pautándome objetivos con tiempo. En cambio con el teatro trabajo desde la impronta, puede que se me ocurra jugar con los actores. Participo de manera activa en la escena, desde afuera, induciendo conductas o respuestas. Grabando ensayos o la más de las veces reconstruyendo en casa lo que sucedió en el estudio. No me gusta relajar el nivel de exigencia al que se llega en el proceso de la obra. Soy muy detallista. Me apasiona hacer la dirección de actores. Creo que la manera es generar un marco de contención para dejar que lo que tiene que ocurrir ocurra ahí. Adentrarme en la psicología del personaje y que de a poco la “forma” aborde al actor.
SUFRO DE DEPRESIÓN POST PARTO.
Veo todas las funciones de mis obras. Creo que en el teatro una obra es un proceso que continua y que requiere la atención de todos los implicados. Cada noche es diferente y hay que estar listos. Me gusta estar ahí, hacer una devolución al elenco luego de cada función. Pero puesto a elegir sé que hay una adrenalina el día del estreno que supera siempre todo lo que uno internamente puede sobrellevar. Algo que ya no se genera en otro momento, que es increíble y es lo que más disfruto.
EL NUDO MORÁN. -Gabi Gávila dixit-
No sigo la carrera de ningún director. Quizás Gus Van Sant, Spike Lee. Me identifico con un código más realista de actuación. No me gusta el pseudo modernismo que en realidad pareciera encubrir limitaciones de formación en los actores. Me gustan cosas con las que no me identifico. Me gustan los géneros puros, el terror, la ciencia ficción, porque creo que es difícil producir esas emociones en el espectador. Me encantan las películas de terror bien hechas y las mal hechas me gustan más.
EL MARADONA DEL MATCH.
El ABC del actor es saber improvisar, tanto como para un pintor lo es reconocer la escala cromática. Caso contrario está limitado. No hablo del talento, tiene que ver con la formación. Un actor tiene que saber de todo, cultura general. Lo que vuelve interesante la representación del actor es el nivel de detalle.
LA VIDA EXAGERADA. -otro aporte de G. Gávila!-
El actor tiene que ser patéticamente bello. Encontrar belleza en todo lo que hace. El teatro tiene mucho de patético. La base de la comedia es el patetismo. El espectador siempre necesita un punto de identificación con lo que está viendo y ese punto está relacionado con esto. Cuanto más patético más gracioso o mas triste. No es casual. El teatro exacerba todo y de ese modo lo patético se convierte en un instrumento para comunicar.
Submundo Estudios es la puesta en práctica de un concepto que abarca idoneidad, mancomunión y solidaridad. Enfocado al sector de los productores culturales independientes, tiene como premisa lograr un espacio de trabajo ideal para el desarrollo de los proyectos erigidos, en un ambiente agradable y sofisticado. Siempre embebido de la experiencia y las nuevas tendencias de cada sector. Submundo es un emprendimiento único y original en la ciudad.
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